Con esta entrada inauguro una etiqueta llamada "cómo", donde voy a escribir todas esas cosas prácticas que voy aprendiendo por el camino. Este año he aprendido a cosechar garbanzos. Estoy segura de que mi padre y mis tíos sabían cómo se cosechan y que ellos lo hicieron muchas veces en la pequeña economía de subsistencia que llevaron en los primeros años de su vida, pero ninguno está ya aquí para contármelo ni tampoco yo se lo vi hacer.
Mata de garbanzos |
Esta urbanita reconoce que no tenía ni siquiera registrado cómo eran las matas de los garbanzos... pero veo que las matas están secas y que sin duda en esos pendientes que cuelgan de ellas hay garbanzos. Así que me dispongo a arrancar uno a uno los pendientes de las matas y a sacar los garbanzos uno a uno también. Y para las pocas 15 matas que tengo la cosa lleva su tiempo. Caigo en la cuenta de que este sistema no vale para un campo entero... demasiado largo.
Para todos sale el Sol |
Como ya no puedo preguntar a mi familia, le he preguntado a un agricultor del pueblo llamado Aurelio, un señor encantador, lleno de sentido común y ganas de ayudar a todo el mundo y me ha desvelado el misterio:
Cuando las matas de los garbanzos están bien secas, se arrancan de la tierra (en permacultura siempre es mejor cortar). Se extiende una manta o cualquier tipo de tejido en el suelo y se ponen las matas sobre ella. Después se pisan hasta que se van rompiendo las "gárgolas" donde están los garbanzos hasta que al final quedan los garbanzos sobre la manta junto con los restos de las matas machacadas. Finalmente, se amontona todo en una carretilla o en un recipiente y en un día de mucho viento se aventa para que la paja y demás restos se los lleve el viento y los garbanzos quedan limpitos en el recipiente y listos para guardar para el largo invierno y la siembra del año que viene.
Todo esto está muy bien... siempre que haya garbanzos. Aunque planté muchos garbanzos, sólo salienton 15 matas, y esto lo achaqué a algún ratoncito listo. Sin embargo, Aurelio me ha informado de que no son los ratones sino los tordos y los grajos los que se llevan los garbanzos germinados, tiran del incipiente tallito hacia arriba para darse un festín. No me enfado con ellos, si yo fuera grajo, haría lo mismo...
Estuve aquel día recogiendo uno a uno los garbanzos hasta que me cansé y pensé que otro día seguiría, todavía no estaban las plantas del todo secas. Craso error, al de unos días cuando volví, me encontré con que ya no había garbanzos, las ramas estaban peladas y no todas habían sido peladas por mí... De nuevo, le eché la culpa a los ratones de campo y de nuevo Aurelio me dijo que eso lo hacían los mismos pájaros, robando las "gárgolas" para comerse el tesoro que llevan dentro.
Eran pocos y me los llevaron los grajos |
Pero a ver quién les explica a los grajos lo de la propiedad privada |
Ahora entiendo por qué se ponen los espantapájaros...
¡Pero tengo tomates! |
Los garbanzos están deliciosos verdes y se usan como guisantes. También se pueden congelar y comer crudos así.
ResponderEliminarHace unos pocos días he oído por primera vez que, como tú dices, los garbanzos verdes están muy buenos. Nunca los he probado, y eso de que se pueden cocinar verdes como los guisantes... habrá que probarlo todo el año que viene!
ResponderEliminarCreo que me voy a animar a plantar garbanzos el año que viene. En otras palabras, culo veo, culo quiero :)
ResponderEliminarUn beso,
Lucía
www.unasuertedetierra.blogspot.com.es
Jajaja, Lucía, ¡a mí me pasa igual!. Yo creo que le voy a poner una malla encima al lugar donde los plante, algo tendré que idear para engañar a los grajos... si se te ocurre algo, ¡avisa! ;)
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