viernes, 8 de agosto de 2014

Seguimiento: 01/08/2014

He podido pasar una larga semana en el pueblo y he estado muy ocupada, ¡siempre hay tantas cosas que hacer!. Pero tocar la tierra me hace muy feliz y he podido ver los progresos de las primeras plantaciones de este año: los garbanzos y los tomates.

Al poner el acolchado planté un montón de garbanzos en el primer caballón y cuando digo un montón, estoy hablando de un kilo. Puse muchos en dos veces pero algún ratoncillo listo se ha debido poner las botas, porque sólo hay unas quince matitas pero bien repletas eso sí. Para otro año tendré que rociar los garbanzos con un macerado de ajo y cayena para hacerlos menos deliciosos y conseguir alguna mata más.


Me ayudé con una barra para atravesar el acolchado y los cartones y en cada agujero deposité 3 garbanzos


Garbanzo naciendo


Comparando con otros garbanzos que hay plantados por el pueblo estas matas están hermosas y cargadas


Pero son pocas....

Los tomates no se han muerto y juro y perjuro que no tienen ningún riego de apoyo, pero aunque alguna tomatera está guapita y echando flores, el retraso que llevan es muy grande, y teniendo en cuenta que en septiembre pueden empezar a caer las heladas aquí y no ha aparecido ningún tomatito, no sé si voy a poder conseguir alguna semilla para el año que viene. Tal vez habría que plantarlas antes y ayudarlas con mini-invernaderos individuales hechos con botellas de agua de 5 litros, que se retirarían cuando la plantita ya empieza a crecer y así al llegar las buenas temperaturas ya podría grande para empezar antes la floración. Tampoco han tenido ningún cortavientos que espero que el año que viene pueda colocar con lo que tendrán mejores condiciones para crecer.


Seguro que el tomate se aprovecha del aporte de nitrógeno del garbanzo

El tomate y el garbanzo no es una asociación que se vea mucho, sobre todo porque el garbanzo está catalogado como secano y el tomate de regadío. Pero con la ayuda de los cartones y el acolchado puede que vayan bien. De hecho, las pocas hierbas que han consegido atravesar esa capa (sobre todo a través de los agujeros hechos para los garbanzos), cuando han sido arrancadas, al tocar su raiz se sentía humedad.

En el segundo caballón planté melones y sandías. De eso sí que no hay nada, ahora ya estoy convencida que sin riego de apoyo es una locura plantar estas plantas. Además, dicen que en este clima no llegan a endulzar del todo, necesitan más calor, pero quiero probar de todo, como si fuera nueva, jejeje.


En este caballón  no hay nada. Los melones y las sandías se secaron. ¿Podéis apreciar el nidito de paja?

Y de nuevo la constatación de que el hortelano propone pero la Naturaleza... hace lo que se le pone. En este post os hablaba de dónde planeaba colocar los árboles de cubierta. Sin embargo, ha salido un nogal por si mismo, donde posiblemente iba a ir la morera. Una máxima es hacerle caso a la Naturaleza... al menos en algo, y si ese nogal ha querido salir ahí, pues para qué le vamos a cambiar de sitio. Con la hierba proveniente del corte, le he hecho un pequeño nido, para protegerlo del sol y le he echado un poco de agua para ayudarle. Aunque tiene mucha pinta de querer tirar por si mismo.

Debo de tener a un pájaro ladrón trabajando para el bosque de alimentos

Y en otro lugar que aun no os he presentado, me salieron unas patatas asilvestradas, provenientes de alguna patata no recogida de años anteriores. En un bosque comestible se ha de promover la autosiembra de las especies buscadas, al no ararse la tierra y estar intentando crear una copia de los procesos naturales; los que hemos cultivado alguna vez y hemos apreciado el proceso de la autosiembra, sabemos que la planta que sale sola es la más fuerte. 

En esta entrada del El vergel permanente explica la búsqueda de la autosiembra en el caso de las patatas y de lo dificil que es, ya que la patata lleva siglos siendo propagada desde el tubérculo y se ha hecho vaga. Muchos hemos apreciado que la patata da flor pero que ésta se cae al pasar unos días sin dar fruto. Bueno, pues le pase un pincelito a las flores y parece que se han animado. Son éxitos tontos pero me llenan de alegría.

Estas patatas sí tienen vida sexual...


Y ya para acabar os cuento que se han recogido desde abril unos 100 litros de agua y teniendo en cuenta que esta primavera ha sido algo seca, no está mal, tampoco bien, pero habrá que ver las precipitaciones de todo un año. Pero me di el gustazo de abrir el grifo...

En un día caluroso de agosto es como un milagro oir el agua correr




3 comentarios:

  1. Isabel es precioso lo que estás haciendo. Cuida el nogal y ríegalo cuando veas que lo necesita al principio. Las tomateras asilvestradas siempre van más retrasadas que las cultivadas. No creo que sea cuestión tanto de protección contra los fríos, como de contenido de nitratos y materia orgánica en el suelo. Vamos, que sólo con añadirles un poco de estiércol hecho en cobertera en la floración u orines diluídos tenemos el calendario igual al de los hortelanos de la zona. Busca un hortelano convencional (eco si hay) para comparar. Las hortalizas asilvestradas creo que debemos contemplarlas en conjunto y a lo largo de todo el ciclo. ¡Animo!

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  2. ¡Ah! Creo que poco a poco nos tenemos que ir atreviendo a quitar los acolchados. Puff, qué tocahuevos soy...

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  3. Non tocare mi acolchado!! ahí me matas... Ahora se lo pongo a todo y he estado incluso recogiendo paja, de momento voy a ir por ahí, porque aún no sé ir por otro lado, pero dispuesta a aprender y con las creencias dispuestas para ser cambiadas por otras que parezcan mejores. Las tomateras de los demás están algo más grandes y ahora mismo están empezando a ponerse rojillos los tomates.

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