domingo, 5 de julio de 2015

A vueltas con el agua (II): Experimentos con el atrapanieblas

Esta entrada se la agradezco a Kiki Nou.

El desierto de Atacama en Chile es uno de los lugares más secos de la Tierra. Sin embargo, allí existe un fenómeno conocido como la camanchaca, que son nieblas activadas por la subida y bajada de las mareas de océano Pacífico en la costa chilena. Todavía quedan antiguos restos de bosques costeros que eran alimentados exclusivamente por esta niebla que no deja de ser agua suspendida en el aire, pero por lo que cuentan en el siguiente vídeo, los bosques fueron talados para uso de la industria minera de la zona y al perder metros cuadrados de superficie de contacto con la niebla, se perdió ese aporte de agua con la consiguiente desertificación.



Alguien en Chile tuvo la brillante idea de captar esta agua suspendida y así nació la técnica de los atrapanieblas. Y se ha ido copiando en otros lugares del mundo, porque ningún esfuerzo sobra cuando se trata de guardar hasta las gotas de agua allí donde escasea.




En el pueblo de este bosque de alimentos no hay camanchacas movidas por las mareas, el mar está bastante lejos. No hay pesadas nieblas en verano, la espesa niebla castellana es del invierno, cuando también llueve y nieva, con lo que colocar atrapanieblas para captarlas sería un poco excéntrico, pero todos los días de verano hay rocío. Cuando estoy en el pueblo, me gusta levantarme temprano, cuando sale el Sol, y marchar a las zanjas para verlo todo. Y sin botas de agua, me calo.

Mis botas de astronauta mojadas por el rocío de la mañana.

Un comentario de la lectora Kiki Nou (¡gracias!) me hizo pensar en si sería posible acumular ese rocío para poder regar. Pensaba que si consiguiera darle a cada árbol aunque sólo fuera un sorbito de agua cada día, podría marcar una diferencia. Además, estoy "obsesionada" con el tema del agua y la permacultura pide que las funciones vitales sean soportadas por muchos elementos, así que empecé a pensar en hacer un pequeño experimento. Y aquí van mis resultados.

Es un poco cutre pero para ver si funciona o no, creo que suficiente. Es una malla de ocultación comprada en un centro comercial. Había del 100 % de sombreado, del 80 % y esta que era la más barata. Después corté por la mitad un trozo viejo de manguera y con un tutor de tomates, unas bridas y unos pedacitos de alambre, cacharro listo. Y un bote de cristal para recoger el agua.

Atraparrocíos casero


Detalle

En la primera noche había agua por todas partes pero no lo suficiente como para acumularla.

Aunque no había caído agua al bote, la malla estaba muy mojada y eso me hizo pensar que tal vez con un plástico, por donde el agua pudiera resbalar, fuera más fácil recoger agua.

En la segunda noche se recogió un poco de agua. Como un milagro.

Después de este gran éxito, pensé en probar de nuevo con plástico a ver si así podría ser más fácil recoger agua. Así que en el siguiente fin de semana que fuimos, amplié el atraparrocíos.



Siguiendo la misma idea coloqué un plástico para ver qué pasaba.



Pero este fue el resultado de las dos noches tanto para la malla como para el plástico: ni una gota

Siempre hay rocío pero si no hay lo suficiente para que caiga no hay nada que hacer.

Aunque me gusta el método científico, soy bastante precipitada y luego me arrepiento. Me gustaría haber anotado las temperaturas máximas del día y las mínimas de la mañana, si el cielo estaba cubierto o no, los días de las pruebas. De mi recuerdo saco que el primer día estaba el cielo cubierto, que en el segundo, el de la recogida, estaba descubierto. Que el segundo fin de semana las temperaturas mínimas fueron altas. Y todas esas cosas afectan a la generación de rocío.

Al ver el agua recogida del segundo día, pensé que había encontrado la poción mágica a mi problema de agua pero está visto que no. En cualquier caso, voy a seguir haciendo pruebas este verano y lo voy a hacer de una manera más rigurosa



Día
Hora amanecer
Hora comprobación
Tª máxima
Tª mínima
¿Cielo cubierto?
¿Recogida?



























































Lo haré hasta octubre y os pondré los resultados, aunque no recoja nada.

En la anterior entrada Dieg h (¡gracias!) comentaba que él ha apreciado esta capacidad recolectora de agua en el maíz y en el amaranto. Son buenos datos para seguir experimentando en las zanjas. Me ayudaré de cualquier cosa, hasta que los propios árboles, arbustos, hierbas sean capaces de captar ese agua tan necesaria.

Aquí los resultados

Tejedoras de atrapanieblas venid.
Aquí los resultados