jueves, 21 de julio de 2016

Prevención y cuidado contra el daño de los herbívoros

Los que plantamos árboles sabemos que en esta película Bamby es de los malos. 

Uno de los ataques más graves que aquí pueden sufrir los arbolitos plantados viene de los corzos. Y también es uno de los problemas más fáciles de solucionar. La experiencia es un grado y, por eso, ya no me la juego y les pongo protecciones a los árboles, sobre todo a los que más caro me han costado o los que tengo más interés en que sobrevivan.

Inicié este camino con un conjunto de creencias que me hacía pensar que la Naturaleza es buena y que mejor todo natural, pero para llegar a este punto de intervención, en el que protejo con mallas los árboles, he tenido que sufrir ataques muy fuertes, que se han llevado por delante sobre todo a tejos, avellanos, membrillos y pinos, sin piedad. Por lo que he observado, a los corzos les encanta la corteza de los árboles jóvenes, parece ser que son maneras que tienen los machos de marcar su territorio y creo que también se la comen, porque no se ven restos.





Aquí arriba podéis ver un pino laricio (Pinus nigra) atacado y el detalle de como le han quitado la corteza. Esto es muerte segura para el árbol. Después de haber sufrido las primeras pérdidas, compré pasta cicatrizante y me cree un kit de primeros auxilios. Cada vez que veo un árbol atacado, le aplico la pasta y si actúo a tiempo, tiene muchas probabilidades de sobrevivir.

Al principio no sabía que era lo que pasaba. Llegué a pensar que alguien del pueblo boicoteaba mis intentos reforestadores. Como si no fuera suficiente con los secos veranos, y alguien más se hubiera unido al club de los jinetes del apocalipsis. Pero me enteré para mi sorpresa que no eran los humanos sino los corzos, que, aunque parece que tienen cara de no haber roto un plato en su vida, son muy destructores.


Fantástica foto de Mario Bregaña

Como ser humano que soy, ya estoy moralizando... la Naturaleza no sabe de buenos o malos, o de piedad, o de destrucción, sólo sabe de desequilibrios. El corzo está bien diseñado. Sólo que él no sabe que estamos intentando reforestar, que estamos aprendiendo a cultivar comida sin agredir la tierra, que soñamos con ecosistemas productivos, donde haya sitio para todos, incluidos los depredadores. El efecto de unos lobos paseándose por mi protobosque de alimentos sería suficientemente disuasorio creo yo. Pero en estas zonas de llanura cerealista no hay.

El sistema agroganadero ha expulsado a los lobos y los persigue implacablemente. Yo recuerdo de pequeña, cuando en casa veíamos los míticos programas de El hombre y la Tierra de Félix Rodríguez de la Fuente, mi padre, que de joven había sido pastor, no entendía la defensa del lobo que allí se hacía. En su opinión, lo mejor que se podía hacer con el lobo era exterminarlo. Mucha gente sigue pensando lo mismo. El año pasado la Diputación de Bizkaia, la provincia donde vivo, organizó una batida para acabar con una manada asentada en el valle de Karrantza.

Sin embargo, en este esquema de bosques de alimentos, Bamby es el villano y el lobo un poderoso aliado. No hay buenos ni malos, es sólo una cuestión de intereses.

Os quiero enseñar cuál es mi sistema para salvar los arbolitos de una muerte segura. Lo primero es aplicar la pasta cicatrizante que en este caso se tendría que llamar reconstruyente.

Reconstruyo la corteza con pasta cicatrizante

Y después le pongo malla protectora porque una vez que empieza los ataques, siempre vuelven, supongo que por el marcado del territorio. En este caso tenía pedazos de malla rota que había guardado y que ayudándome con unas bridas, podría servir como protección, a fin de cuentas este laricio todavía es pequeño. Vengo observando que los permacultores y los que intentamos serlo tenemos algo del síndrome de Diógenes. Siempre estoy guardando cosas... y muchas veces son útiles.

No hay nada que unas bridas no puedan arreglar

Una vez puesta la malla se acaba el problema. Es un poco feo tener todo lleno de mallas pero he comprobado que es la única manera. Al menos aquí.

Foto de dos meses más tarde. Salvado.

Me da mucha alegría salvar mis árboles. Voy con mi kit de primeros auxilios por ahí cual enfermera en un campo de batalla. Los seres humanos y sus películas...

2 comentarios:

  1. Los seres humanos tememos a los lobos, pero el bosque teme a los corzos y los lobos son sus aliados.

    Más o menos lo que dijo un filósofo de los EE.UU. que se pasó su infancia cazando lobos y su madurez viendo morir el bosque (sólo que él lo dijo mejor).

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    1. Me tienes que pasar quién era esa filósofo. Besitos

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